Naturaleza en estado puro
Parque Nacional Sierra de Guadarrama
Forma parte del Sistema Central, la cadena montañosa de 500 km de longitud que cruza de este a oeste el corazón de la Península Ibérica. Tiene una superficie de 798 hectáreas, todas llenas de atractivo. Las condiciones de la Sierra, más fresca y húmeda que las mesetas, y su menor transformación por la actividad humana han convertido a estas montañas en un privilegiado refugio de biodiversidad. No deje de ver, si tiene ocasión, sus circos y lagunas glaciares y sus roquedos graníticos.
La Pedriza
Es una fantástica composición de rocas pulidas y redondeadas e intrincados recovecos que fascinan por su colorido y por sus formas caprichosas. Distribuidos en tres partes, El Arcornocal, la Pedriza Anterior y la Pedriza Posterior, la forman tres macizos claramente diferenciados. La cota máxima la constituye Cabeza de Hierro, con 2.383 m de altura. De la fauna pedricera destacan el buitre, el rey indiscutible, además de las cabras monteses en la parte más recóndita de este capricho ecológico.
Hayedo de Montejo
En el municipio de Montejo de la Sierra, dentro de la Reserva de la Biosfera de la Sierra del Rincón, se extiende este singular paraje de apenas 250 de hectáreas pero de un valor ecológico incalculable. Por ello, fue declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1974. Su existencia en este territorio se remonta a la última glaciación. La mejor época del año para visitarlo es el otoño, cuando reinan los tonos rojizos, ocres, amarillos y dorados, y el bosque se transforma en un lugar mágico. Contiene tres itinerarios de unos 75 minutos.