Hilvanada por versos, rimas y leyendas, la Ciudad de los Poetas dibuja entre sus calles una auténtica cartografía lírica
No es una ciudad de grandes dimensiones, a su favor tiene el encanto de poder pasear e ir a los lugares más céntricos y emblemáticos en poco tiempo. La calle de Collado es el punto neurálgico y a su vez la más famosa de la urbe, es peatonal con el encanto que sus soportales dan cobijo a su zona comercial. Plaza de Herradores, en realidad se llama plaza Ramón Benito Aceña, pero se la conoce como Herradores, está en pleno centro y lo más llamativo es que aquí se congregan la gran mayoría de establecimientos para degustar toda la gastronomía soriana. La plaza de Mariano Granados, con el monumento al caminante en homenaje a Machado. El edificio de la Diputación Provincial, majestuoso, con las ocho grandes estatuas de personajes ilustres de Soria. El Círculo Amistad Numancia, punto de reunión de tertulias, desde 1842 han pasado y siguen pasando los más importantes personajes de la vida de esta ciudad. Museo Numantino, presenta obras recuperadas de las excavaciones que tienen lugar en toda la provincia. Hay algo que no se puede perder en Soria, aquí escribieron, se enamoraron, pasearon, en suma vivieron, escritores tan conocidos como, Antonio Machado, paseando por sus calles te embarga el recuerdo de este poeta, Gustavo Adolfo Bécquer, al igual que Machado, se casó con una soriana, dejó su impronta en obras como “Cartas desde mi ceda” y Gerardo Diego, que se implicó en la vida cultural y social de la ciudad, de forma entusiasta. Los tres consiguieron que Soria sea conocida como “La ciudad de los poetas”.